Historia del Wrestling - El vuelo de la Súper Mosca

Historia del Wrestling

El Vuelo de la Súper MoscaPor César del Campo de Acuña

Antes de la pirotecnia, de las pantallas gigantescas, de atronadores altavoces aullando música a todo volumen y de estipulaciones sacadas de las cabezas de guionistas de Hollywood la mejor manera de atraer aficionados a los eventos de wrestling profesional era por medio de solidas y emocionantes rivalidades que cautivaran la imaginación del publico y que siempre les dejara con ganas de mas.

En aquella época, en la que el público aun quería creer que este pequeño universo era real, la mejor manera de hacerles querer volver era crear ese especial antagonismo entre los luchadores; Una competencia entre el bien y el mal tan clara que creaba una magia que este cambiante negocio y las nuevas tecnologías se han encargado de enterrar. A esa sintonía tan especial no le hacia falta todas las características anteriormente citadas, simplemente necesitaban crear un grado de tensión entre lo que ocurría en el cuadrilátero y las sensaciones que surgían del graderío que se pudiera cortar con un cuchillo.

Hoy mas espectáculo audiovisual que otra cosa, las emociones han quedado relegadas a un segundo plano y la sensación de serial televisivo es la que más genera entre los seguidores el mundo del wrestling  profesional de hoy día. ¿Dónde quedo la rivalidad entre Ric Flair y Ricky Steamboat? ¿Dónde han ido aquellas sensaciones? Se perdieron y aunque de vez en cuando hay situaciones del hoy que te dejan cierto regusto a vieja escuela en el paladar no perduran todo lo que nos gustaría y si lo hacen suelen estar tan mal cocinadas que acaban repitiendo.

Aunque la nostalgia no es la mejor compañera de viaje, conviene no dejar de echar de vez en cuando la vista atrás para paladear un poco de aquella magia perdida, de aquellos momentos que conseguían sorprender por lo novedoso y de hacer que los aficionados se tuvieran que frotar los ojos para saber si lo que habían visto era real o no.  Y uno de aquellos momentos se dio en una de las más grandes rivalidades vividas sobre un cuadrilátero, un conflicto que no necesito que los dos hombres mas importantes del territorio estuvieran implicados, una lucha sin cuartel que vio como “Superfly” Jimmy Snuka y “Magnificent”Don Muraco conseguían resumir todo lo que una contienda entre el chico bueno y el chico malo debía tener.

Corría el año 1983 cuando el camino de estos dos colosos se cruzo en la época previa a la explosión del Rock n Wrestling, de la MTV y del nacimiento de la Hulkmania. En aquellos llamados, por algunos, años dorados Jimmy Snuka era uno de los chicos buenos de mayor renombre; Fresco tras una rivalidad con su anterior manager el Capitan Lou Albano y Ray “The Crippler” Stevens el luchador de las islas Fiyi estaba apunto para nuevos retos en su ya, por aquel entonces, larga carrera. Nuestro héroe estaba bien situado para enfrentarse con “Magnificent” Don Muraco, uno de los mas infames villanos de aquella época, que acaba de hacerse con el campeonato intercontinental por segunda vez tras derrotar al Puertorriqueño Pedro Morales y estaba poniendo punto y final a una rivalidad con Rocky Jonson.

Muraco se convirtió en el villano que todo el mundo adoraba odiar. Sus entrevistas solían estar cargadas de arrogancia y de gestos desagradables. Dentro del cuadrilátero se comportaba como un autentico patán que escupía, fruncía al ceño, se quejaba a los árbitros e incluso en alguna ocasión antes de acabar con sus oponentes se comía un perrito caliente. Por otro lado estaba Jimmy Snuka, el cual no brillaba en las entrevistas pero lucia como un millón de dólares. Su carisma y sus increíbles movimientos, para la época, lo convirtieron rápidamente en uno de los favoritos del gran público.

Todo comenzó en junio de 1983 en el programa WWF Championship Wrestling. Muraco estaba sentado junto al ex campeón Buddy Rogers en el set de entrevista Roger´s Corner. Muraco se quejaba del poco respeto que se tenía al campeón intercontinental y de cómo luchadores que para el eran no eran nadie pedían oportunidades para enfrentarse a él por el cinturón. El publico comenzó a corear “Beach Bun”, manera en la que insultaban a Muraco, y este comenzó a mandarlos callar. Poco después, Jimmy Snuka hacia su aparición para luchar, interrumpiendo con la ovación que los aficionados le dedicaron al luchador de Fiyi la entrevista de Muraco.

Muraco se levanto para dirigirse al cuadrilátero mientras gritaba a Snuka. Snuka sonreía y se reía del alterado Muraco. Este contesto a las risas escupiendo a la Súper Mosca. Snuka ejecuto entonces una increíble plancha aérea, por encima de la primera cuerda hacia fuera del ring, sobre Muraco. Aquello jamás se había visto antes en Norteamérica, el público estaba entusiasmado. Snuka golpeaba incesantemente a Muraco mientras destrozaba la ropa de este. De repente un grupo de luchadores hace aparición para intentar separar a Snuka de Muraco, el cual huía hacia el interior del cuadrilátero. Una vez dentro, Muraco agarro el  micrófono del speaker y aprovechando que los luchadores que le habían librado de Snuka aun lo sujetaban, le golpeo duramente con el causándole una profunda brecha.

A pesar del golpe y de la sangre que manaba de su frente, Snuka seguía golpeando a Muraco mientras este intentaba defenderse como podía. La pelea se convirtió en una reyerta tan salvaje, para la época, que una enorme x roja censuraba gran parte de la acción. Aquella refriega se había convertido en una pelea de fieras a la que nadie podía poner fin. Finalmente consiguieron separar a los luchadores y mientras que a Muraco se lo llevaban hacia la zona de vestuarios, Snuka recibía atención médica a pie de ring.

Aquella acción fue tan intensa y visceral que la tensión que se había generado entre ambos luchadores podría iluminar un estadio entero. El público necesitaba ver más de aquello y durante los siguientes cinco meses vieron como una y otra vez Muraco conservaba su titulo intercontinental en salvajes reyertas en las que Snuka parecía más interesado en aniquilar al “Magnifico” que en el titulo. En más de una ocasión, Snuka fue descalificado por el árbitro durante el conteo de cinco para que se separasen, pero el intenso odio de este hacia Muraco era tal que no soltaba su presa y terminaba por empujar al árbitro constándole la derrota. En otras ambos luchadores eran descalificados por conteo fuera por guerrear sin piedad en los aledaños del ring y no subir antes del conteo de diez.

Nadie podía creer que una y otra vez Muraco escapara con el titulo Intercontinental, todo el mundo quería ver como, de una vez por todas, Snuka le arrebataba el cinturón al “Magnifico”

El apogeo de esta apasionante rivalidad llego el día 17 de octubre en el marco inigualable del Madyson Square Garden en Nueva York. Muraco y Snuka se enfrentarían una vez más, pero en esta ocasión el cuadrilátero estaría rodeado por una jaula de 15 pies de altura y el único modo de hacerse con la victoria seria escapando del cuadrilátero. Esta vez seria imposible que Muraco saliera victorioso.

El combate comenzó como aquellos titanes tenían acostumbrados a los aficionados, con una salvaje trifulca dentro del cuadrilátero que pronto dejo a ambos luchadores sangrando. La acción parecía una montaña rusa de idas y venidas y el maltrato al que se estaban sometiendo ambos contendientes legendario. Tras un largo y cruento combate, Snuka propino un durísimo cabezazo volador a Muraco, con la mala fortuna que este callo fuera del cuadrilátero por la puerta de entrada de la jaula. Nadie podía creerlo, Snuka había perdido.

Snuka, aun en el interior de la jaula como un animal salvaje cubierto de sangre, no daba crédito a sus ojos, Muraco había vuelto a vencer. El público era incapaz de admitir aquello y el iracundo Snuka capto esa sensación y fue nuevamente a por el “Magnifico” obligándole a entrar de nuevo en el cuadrilátero. Una vez dentro Jimmy Snuka ejecuto un suplex vertical a un, aun aturdido Muraco, y comenzó a escalar uno de los postes para terminar coronado el punto mas alto de la jaula que se ceñía sobre el ring. Como si de un Dios se tratara, el tiempo parecía haberse congelado entorno aquella estampa. A cámara lenta, los flashes de las cámaras centelleaban desde las gradas mientras que Snuka saltaba y ejecutaba  el más peligroso vuelo de la Súper Mosca que había realizado en toda su carrera.

El impacto sobre Muraco fue colosal y el público asistente estallo en vítores hacia Snuka por el sensacional combate que había disputado mientras que un magullado Muraco se retorcía por la lona.

La última batalla la podría haber ganado Don Muraco pero el vencedor de la guerra fue Jimmy “Superfly” Snuka cambiando para siempre su historia, la del wrestling profesional y la de muchos jóvenes, como un imberbe Mick Foley, que gracias a aquel fantástico combate decidieron seguir los pasos de aquellos luchadores.

Sin lugar a dudas, un momento determinante que paso a los anales de la historia del negocio que, como decíamos al principio, consiguió cautivar la imaginación de millones de aficionados al convertirse en todo un símbolo de las pasiones que dos gladiadores podían desatar entre el publico y en la personificación de todo lo que una gran rivalidad entre el bien y el mal debía tener.



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